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4. Desmayos y ataques epilépticos

Lipotimia o desmayo: 


Identificación:


•    Sensaciones raras (sonidos lejanos, visión borrosa, hormigueo en manos).
•    Piel pálida, fría y sudorosa (sobre todo en la cara).
•    Caída al suelo por debilidad en las piernas.
•    Es posible que si busca el pulso radial (en la muñeca) no lo encuentre o éste sea débil, lento e incluso arrítmico.
•    Debilidad muscular (los músculos están flojos y sin tensión).
•    Náuseas o dolor de tripa (retortijones)

 

Actuación:


•    Colocar bocarriba con las piernas elevadas.
•    Permitir que respire con facilidad: aflojar ropa, etc.
•    Evitar aglomeraciones alrededor y llamar al 112.
•    Si no se recupera, poner en posición lateral (brazo doblado como almohada y pierna de arriba recogida)
•    Chequear: Signos vitales y anotarlos y revisar posible golpe.
•    Al recuperarse, incorporar con cuidado, permanecer con la victima un rato y preguntar qué estaba haciendo antes de que le pasase.
•    NO DAR NADA DE COMER, BEBER O MEDICAMENTOS A LA VÍCTIMA.


  

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Ataques epilépticos:


Identificación:


Cuando se produce una crisis epiléptica se alteran una o varias de las funciones del cerebro, por este motivo, los síntomas durante las crisis epilépticas son muy variables. Las crisis tienen una duración breve, menos de 2 minutos, a veces solo unos segundos. Inmediatamente después de una crisis las neuronas afectadas pierden transitoriamente su función, pues durante la excitación eléctrica consumen toda su energía. Por este motivo, después de cada crisis los enfermos suelen encontrarse cansados, somnolientos, confusos, con debilidad en alguna parte del cuerpo o con dificultad para hablar durante minutos o varias horas. Pasado este tiempo las neuronas recuperan la energía y reanudan su función normal.

 


Actuación:


•    Conservar la calma, ya que una actuación precipitada puede ser peligrosa.
•    Tratar de que la persona no se lesione durante la crisis epiléptica, quitando objetos peligrosos de alrededor (aristas de muebles, objetos punzantes, etc) y colocando algo blando bajo su cabeza, para evitar que se golpee contra el suelo.
•    Aflojar ropas alrededor del cuello, (corbatas, camisa, etc.).
•    Se debe colocar de lado con cuidado, para facilitar la respiración.
•    Observar la duración de la crisis epiléptica. En la gran mayoría de las ocasiones este tipo de crisis epilépticas finaliza en dos o tres minutos, tras lo cual la persona se recupera gradualmente.
•    Se debe esperar al lado de la persona hasta que la crisis epiléptica termine. Dejar que descanse hasta que se recupere y comprobar que vuelve poco a poco a la situación normal.


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