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ORIENTACIÓN
Orientación sin brújula

Existen 5 formas diferentes de poder orientarnos por medio de indicios naturales.

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1. El Sol:

El Sol es una estrella fija en el centro de nuestro sistema planetario. Por ello, de día, el Sol es uno de nuestros grandes aliados para conocer dónde se encuentra el Norte dado que, además, sus movimientos son constantes y regulares.
Como recordaremos, debido al movimiento de rotación de la Tierra, el Sol sale por el Este y se pone por el Oeste . Como consecuencia directa de ello, a las doce horas del mediodía, hora solar, el Sol se encuentra al Sur, estando el Norte en el lado opuesto, es decir hacia donde se proyecta, por ejemplo, nuestra propia sombra si nos colocamos erguidos.

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Si empleamos este método para orientarnos hay que hacer algunas matizaciones.
Este método resulta preciso exactamente a las doce horas del mediodía y, además, esa debe ser la hora solar. ( hora oficial= hora solar +2h en verano, +1 en invierno). Además este método sólo sirve para encontrar de forma directa el Sur, no es válido, para encontrar directamente el Este o el Oeste.

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TÉCNICA DEL PALO: colocar un elemento puntiagudo perpendicularmente al suelo en una superficie soleada, una vez puesta, se marca la sombra proyectada del pico del elemento en el suelo. Se dejan transcurrir unos 15 minutos y se señaliza en el suelo el lugar que ocupa la sombra proyectada del pico. Se traza una línea uniendo ambas marcas siento esta E-O. Oeste en el sitio de la primera marca y Este el de la segunda, pudiendo averiguar con perpendiculares el N y el S.

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2.El Reloj:

Como hemos visto el método anterior nos permite situar con precisión el Sur, y en relación a él el Norte a las 12 horas del mediodía, hora solar, pero, ¿qué ocurre si nos encontramos en cualquier otra hora del día?
Muy sencillo, en ese caso podemos hacer dos cosas, esperar pacientemente a que sean las 12 del mediodía (si es que no han pasado ya), o algo mucho más útil y práctico que es valernos de nuestro reloj para situar el Sur y, a partir de él, el resto de puntos cardinales.
Para hacerlo vamos a necesitar un reloj de agujas. Una vez lo tengamos es preciso que lo pongamos exactamente en la hora solar. Después orientaremos el reloj hasta que la aguja que marca las horas apunte en al lugar en el que se encuentra el sol en ese momento. Una vez orientado el reloj de esa forma, la bisectriz entre la aguja de las horas y la línea que une el centro del reloj con las 12 horas marca el punto en donde se encuentra exactamente el Sur.

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3. Estrella Polar:

Saber encontrar e identificar la Estrella Polar entre todas las estrellas del firmamento es ciertamente útil si pretendemos orientarnos en una noche despejada y nos encontramos en el Hemisferio norte.
La Estrella Polar señala con bastante precisión la dirección en la que se encuentra el Polo Norte (de ahí viene su nombre).
Para encontrarla, lo más sencillo es intentar localizar la constelación de la Osa Mayor (en concreto la parte conocida como “el gran carro”) que, si estamos en Europa, nunca se halla por debajo del horizonte. Una vez localizada la Osa Mayor, trazaremos una línea imaginaria que una las dos estrellas que forman su fondo (Merak y Dubhe). La prolongación de esa línea imaginaria, hacia arriba, a una distancia de unas 5 veces la que separa las dos estrellas anteriores, marca la situación de la Estrella Polar en el firmamento y, por tanto, la dirección en que se encuentra el Norte. Así, si nos ponemos de cara a la Estrella Polar y bajamos la vista perpendicularmente hasta el horizonte, acabaremos mirando hacia el Norte geográfico.
 

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La Estrella Polar pertenece a la constelación de la Osa Menor, pero resulta más fácil encontrarla localizando la Osa Mayor y realizando las operaciones descritas pues, además, suele ser la estrella más brillante en esa zona.
En el Hemisferio Sur se emplea la Constelación de la Cruz del Sur, para localizar el Sur de manera aproximada, si bien el método no resulta tan preciso como el empleado en el Hemisferio Norte.
 

4. La Luna:

El mismo procedimiento del reloj, explicado anteriormente, puede usarse por la noche apuntando a la luna, en vez de al sol. Pero, OJO, sólo resulta fiable y preciso en el plenilunio, es decir cuando hay luna llena.
De nuevo, en  el plenilunio, con el reloj marcando la hora solar (*1) (no la hora oficial), orientamos el reloj de manera que la aguja de las horas apunte hacia la luna, hallamos la bisectriz entre la aguja de las horas y línea que une el centro del reloj con la posición de las 12 horas, siendo dicha bisectriz la que marcará la posición del sur.
Cuando la luna se encuentra en Cuarto Creciente (cuando tiene forma de “D”, con las puntas hacia la izquierda) las puntas apuntan hacia el Este.
Si la luna se encuentra en Cuarto Menguante (decreciente, con forma de “C”, con las puntas hacia la derecha) sus puntas apuntan hacia el Oeste.
En cualquier caso, de noche y con el cielo despejado, es preferible y mucho más preciso orientarse mediante la Estrella Polar.
 

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5. Otros indicios naturales:

No son métodos tan precisos como los anteriores y, más bien, deberían usarse como complementarios de aquellos.

  • Musgos y Líquenes: Suelen ser más abundantes en la cara Norte de los troncos y las piedras, es decir en las zonas sombrías.

  • Nieve y Hielo: También son más duraderos en la cara Norte de las montañas, árboles o postes, donde se conservan más tiempo al estar a la sombra.

  • Ramas de los árboles: en árboles aislados el ramaje suele ser más frondoso hacia el Sur que hacia el Norte, pues reciben más sol.

  • Tocones de los árboles: si encontramos algún tocón (resto de un árbol talado) podemos observar la forma en que están dispuestos los anillos. En la parte del tocón que mira al Norte los anillos estarán más pegados, mientras que en la cara opuesta, Sur, estarán más separados.
     

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En resumen:
Orientación con brújula

¿QUÉ ES UNA BRÚJULA Y PARA QUÉ SIRVE?


Una brújula es un instrumento que, esencialmente, consta de una aguja imantada, colocada sobre una base o soporte y que gira libremente, de manera que uno de los extremos de dicha aguja siempre nos señala el Norte magnético de la Tierra. Su funcionamiento se basa por tanto en el propio magnetismo terrestre.
Gracias a ello, sirve para conocer, en cada momento, en qué situación nos encontramos, respecto a los Puntos Cardinales.


ORIGEN Y EVOLUCIÓN


El primer uso conocido de la brújula data de hace miles de años, en China, allá por el Siglo IX, cuando era empleada por los navegantes chinos para conocer y determinar las direcciones en mar abierto. Antes de que se inventara la brújula, los navegantes se orientaban empleando como referencia la posición de ciertos cuerpos celestes (el sol, la luna, algunas estrellas,…)
La invención de la brújula coincidió con la observación de que una pequeña pieza de magnetita (un mineral compuesto de un óxido de hierro) siempre giraba y se alineaba en dirección norte-sur si se colocaba flotando sobre un trozo de madera en un tazón de agua.
Este “invento” rudimentario adquirió una mayor precisión al inventarse la aguja de la brújula, una delgada tira de metal que se magnetizaba al ser golpearda con un imán y que se colocaba en equilibrio sobre un eje que le permitía girar libremente.
La brújula moderna, que conocemos hoy en día, se desarrolló a finales de la década de 1930, cuando el limbo estándar de la brújula lleno de aire se rellenó con aceite. Esta innovación eliminó el rápido y errático comportamiento de las primitivas agujas magnéticas, al amortiguar su movimiento, y mejoró considerablemente la precisión y fiabilidad de las brújulas.


TIPOS DE BRÚJULAS


Existen muchos tipos de brújulas, todas basan su funcionamiento en el mismo principio, es decir en el magnetismo terrestre y el comportamiento de una aguja imantada ante él. Pero la forma en que están construidas y los elementos auxiliares de que constan, para realizar diversas mediciones, diferencia a unos tipos de otros.
En principio, como instrumentos para orientarnos en la naturaleza, nos interesan dos tipos fundamentales, las llamadas brújulas cartográficas y las brújulas lensáticas.


La Brújula Cartográfica

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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La brújula cartográfica, de orientación o de base transparente, es un tipo de brújula diseñada para ser empleada conjuntamente con un mapa y obtener rumbos sobre él, de ahí su nombre, puesto que la base transparente en la que va alojada permite ver el mapa si la colocamos sobre él. La brújula cartográfica permite también obtener rumbos a partir de elementos reales, que sean visibles en un momento dado y que queramos emplear como referencia, pero no resulta tan precisa como la brújula lensática.


La Brújula Lensática

 

 

 

 

 

 

 

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La brújula lensática, militar o de marcha, está diseñada para obtener rumbos con más precisión a partir de elementos reales que se encuentren a la vista, de ahí que su principal diferencia (al margen de no tener la base transparente) respecto a la cartográfica es que dispone de una mira que se usa conjuntamente con una pequeña lente, de ahí su nombre, para obtener dichos rumbos permitiendo “apuntar” hacia la referencia deseada con mayor precisión.
Puede usarse también en combinación con un mapa para obtener rumbos sobre él, si bien resulta más cómodo hacer esto empleando una brújula cartográfica.


Otros tipos, Brújulas de Espejo

 

 

 

 

 

 

 

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Existen otros tipos, que podríamos denominar “híbridos” entre las brújulas cartográficas y las lensáticas, como pueden ser las brújulas de espejo, que intentan aunar en un sólo instrumento las virtudes de ambas.
Conocidas las anteriores, poco queda explicar sobre estas, más allá de que son básicamente brújulas cartográficas que, gracias al uso del espejo de que disponen, permiten obtener rumbos respecto de elementos reales en el terreno con una precisión similar a la que se obtiene con las lensáticas.


PARTES DE UNA BRÚJULA


Si bien muchas de las partes de que se componen las brújulas son comunes a todos los tipos, existen algunas que son específicas de cada tipo. Por ello vamos a ver por un lado las partes de una brújula cartográfica y, por otro, las partes de que se compone una brújula lensática.


La Brújula Cartográfica

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


La Brújula Lensática

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 
¿CÓMO USAR LA BRÚJULA CARTOGRÁFICA?


Para medir el rumbo (ángulo con respecto al norte magnético) en la que se encuentra alguna referencia:


1. Girar el limbo, anillo giratorio graduado o dial hasta que el rumbo elegido coincida con el punto de lectura o línea de índice.
2. Con la brújula en la mano girar con todo el cuerpo sobre nuestro mismo eje hasta que la marca N del limbo, flecha orientadora, coincida con la aguja magnética.
3. Levantar la vista, observar el terreno y buscar referencias sobre la dirección que indica la brújula a través de la fecha de dirección de viaje.
4. Mientras no cambiemos de rumbo, la marca N del limbo, flecha orientadora, tiene que coincidir con la aguja magnética roja.
 

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